Todo inicia teniendo una idea para un proyecto y cómo puedes lograr llevarlo hasta el siguiente punto que es: su crecimiento. Se requiere constancia, esfuerzo y disciplina para hacer crecer un proyecto hasta convertirlo en tu empresa. Ahora sí, viene la parte complicada: mantenerla.
A veces llevar los procesos para cada una de las actividades dentro de tu negocio se te pueden salir de control si no cuentas con una buena gestión y administración de éstas. Cada día, las fórmulas para lograr que estos procesos tengan una línea de seguimiento que cumplan con los requisitos para así lograr llegar a los objetivos de las empresas, son cada vez más eficaces.
Tal es el caso de un ERP (Enterprise Resource Planning), que es el software encargado de administrar los procesos de tu empresa (recursos humanos, compras, ventas). Es prácticamente la manera de hacer más fácil la gestión de datos para la toma de decisiones y estar en ventaja respecto a otras empresas que no cuentan con un sistema como este, ya que gracias a él, tu empresa tiene una mejor gestión de eficiencia y eficacia y un mayor control de todo lo que hace.
Existen dos tipos de ERP: los generalistas; prácticamente para cualquier tipo de empresa, y los especializados que como su nombre lo dice: son para sectores específicos.
Teniendo definidos los objetivos de tu negocio, tendrás que elegir uno de ellos , ya que cada uno tiene una manera de administración de datos a los que tanto empleados como directivos tendrán que adaptarse.
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